29 Jul

Estoy cumpliendo años con mi emprendimiento y pese a ser un número que muchos asocian con la «mala suerte», a mi me dieron ganas de escribir algo. Y se me ocurrieron que para estos 13 años, bien valen 13 Enseñanzas o Aprendizajes. Ojalá quieran leerlos y tal vez hasta puedan ser de utilidad a otros!

1-Ofrecer algo diferente. Viniendo del periodismo, me di cuenta que quería ofrecer algo distinto en el mercado. Que en mi experiencia, la comunicación es un amplio mundo con infinitos matices.

2-Sostener el deseo. Tenía tan fuertemente las ganas de hacer algo nuevo que llegué a rechazar una propuesta muy tentadora en el periodismo. Así que celebro haber conectado con esa motivación poderosa y no desviar el camino.

3-Ser emprendedor. Me costó tiempo darme cuenta que estaba emprendiendo. No sabía muy bien qué significaba eso. En el hacer me di cuenta, casi no sabía de esa palabra.

4-Armar un manifiesto. Alguna vez me sugirieron que armara y escribiera una especie de puntos claves sobre lo que significaba ser y pertenecer en la consultora que había creado. Nunca lo hice, sin embargo siempre tuve presente cada uno de mis principios e ideas y lo supe definir claramente a colaboradores y clientes.

5-Prometo, cumplo. Siempre, aunque llueva, truene o se colapse el wi fi, si acordé entregar un trabajo en un determinado día y horario, cumplí con mi palabra. Aunque parezca de cierta obviedad, no lo es.

6-Buscar la excelencia. Puede ser un defecto o una virtud, pero me gusta hacer las cosas al cien por cien, aunque la retribución no sea la esperada. Pero si me comprometí y acepté algo, pongo lo mejor de mí.

7-Aceptar cambios internos. En relación a esto, fui siendo en el camino, no soy igual a aquel que comenzó hace trece años. Nada pero nada puede ser igual que al de ayer. Hay que aceptar lo que se mueve internamente, para luego dar a luz a posibles transformaciones en lo que ofreces o haces.

8-Poder reposicionarse. Desde julio del 2007 hasta el verano del 2017 mi emprendimiento se llamó CZPR. Luego definí que debía convertirse en Alejandro Cz y no fue un mero cambio de logo. Sentí la necesidad de reconvertir mi consultora y ampliar servicios como la figura del Reportero Vivencial, donde colaborar con la comunicación interna del cliente es tan importante como la externa.

9-Colaboradores más humanos. Siempre preferí gente sensible a muy capacitada profesionalmente. Porque esto último se puede aprender en el camino, en cambio la empatía y la buena vibra son actitudes difíciles de adquirir.

10-Negocios por sincronicidad. No todos los que buscan mis servicios son para mí ni yo para ellos. A veces eso se percibe, a veces no pero siempre prioricé vincularme con personas (en este caso, clientes) con las que me sintiera cómodo.

11-Fallar para aprender. No todo va salir bien, eso es casi una ley. Ni tampoco es bueno creer que los problemas son siempre de afuera. Errar es parte del aprendizaje.

12-Parir nuevos proyectos. Como decía, hace unos cuatro años saqué a la luz un nuevo servicio: Reportero Vivencial. Es decir, indagar con agudeza para que el otro se reflexione en profundidad sobre lo que quiere hacer, decir, acompañarlo en su comunicación interna para luego pasar a la externa. Llegar a costados vulnerables. Este descubrimiento forma parte de mi actualidad y convive con el periodista y comunicador estratégico que soy.

13-Buscar sorprenderme. En estos 13 años de emprendimiento asistí a empresas, pymes y emprendedores a cómo comunicar situaciones de crisis, acompañé el nacimiento de marcas personales, me vinculé con periodistas e influencers, invité y viajé con celebrities para acciones de marcas, escuché activamente a consultantes, dicté talleres de media coaching hasta para futbolistas, di charlas en universidades, fui parte de eventos divertidos y de los otros. Me asombré. Me enojé. Celebré. Y aún sigo siendo, en proceso de cambio continuo.

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