Uno nació en Las Palmas, Córdoba, en 1934. El otro abrió sus ojos por primera vez en Santiago de Chile, en el país vecino, en 1928. Carlos Timoteo Griguol fue jugador y director técnico, apodado “Maestro” o “El Viejo” que forjó grandes jugadores que reconocen como vital esa enseñanza que le daba él, generando algo así como una escuela. Humberto Maturana fue un reconocido biólogo, filósofo y escritor, también impulsor de organizaciones más humanas, reconocido internacionalmente por sus infinitos aportes. Uno y otro, aquí y allá, dieron cátedra a alumnos sin guardapolvos, enseñaron a su estilo sin proponérselo ni eligieron ponerse el traje formal de profesores y murieron el mismo día, un jueves 6 de mayo de 2021, en plena pandemia y donde la prioridad y la información del día quizás opacó tamañas partidas.
De todo esto y del Día del Maestro reflexiono en esta columna de opinión en Clarín